sábado, 28 de febrero de 2015

Con la Iglesia hemos topado amigo Sancho

 
 

Esta semana aprovechando una ligera tregua que nos dieron las últimas lluvias me llegue hasta la Catedral, para mí (seguramente,  abusando de orgullo patrio,  una de las más bonitas de España).  Siempre me ha atraído su entorno y esas calles aledañas que nos retrotraen a otras épocas pasadas, a aquel  viejo burgo medieval y barroco que se extendía por ellas.  No es difícil sentir la intemporalidad del lugar si vais por allí un día de esos tan nuestros, donde la lluvia fina cae de forma persistente o tal vez uno de aquellos en que  los que la densa niebla que sube del  Miño apenas deja atisbar las  formas del viejo templo y los antiguos pazos.

Cuando leí la Regenta pensé que esa historia ambientada en aquella provinciana  “Vetusta” decimonónica bien podía haber ocurrido aquí, entre esas calles, donde el poder y la influencia del cabildo catedralicio era tan importante. Si las paredes del templo hablasen seguro que nos contarían muchas historias de Fe, pero también de ambición y rivalidades clericales, donde  evidentemente  no faltarían  episodios de amores prohibidos entre algún confesor y alguna Ana Ozores de la época.   No es un capricho de mi mente, me consta  que en  algunas aulas de facultades de Lugo  se invitaba a  que los alumnos buscasen similitudes entre la Vetusta literaria y nuestra ciudad.

A menudo,  cuando paso frente al pórtico que cubre la puerta Norte sonrio al recordar  algo que relataba Don Ángel Fole sucedido allá por los años veinte del siglo pasado. Lo transcribo:
 Don Luís Martí,  por aquel entonces vicepresidente de la Adoración Nocturna del Santísimo de la Catedral, es un  hombre muy religioso. Se santigua al pasar por  delante de una iglesia o al entrar en su domicilio. Ya no digamos al levantarse o acostarse…..


Le anda dando vueltas en la cabeza a la idea de fundar un Museo Arqueológico Diocesano, idea que consigue llevar a la práctica dos años después.

Va pensando en eso al pasar por delante del Pórtico norte de la Catedral

Un hombre se va a cruzar en su camino. Pues no es nada menos que ese hombre que por veces, tripula una motocicleta….el protestante de Lugo que tienta y tienta a ver si pueda fundar aquí una capilla evangélica.

Don Luis no resiste la tentación de increparle

_ Escúchame un momento, apóstata…Entra en el templo y pídele perdón a María Santísima por haber renegado  de la Fe recibida..

¡Póstrate a sus pies, Hereje!

El pastor protestante:


_ ¡Sella tus labios, idólatra!..No creo en la diosa de Roma.



 A mi me hubiera encantado ver discutir a esos dos.

 

No hace mucho que podemos entrar a la Catedral y eso que no había  grandes barreras que eliminar, sólo un  buen escalón pero que con una sencilla rampa se salvaría. Pero ahí nadie se movía,  aletargados estaban durmiendo el sueño de los justos, algo por otra parte propio de la época en muchas personas con capacidad de decisión, con hábito y sin él.



Recuerdo que un buen día nos entrevistamos y negociamos con el Deán del Cabildo el tema del acceso mi compañero Manolo y yo.  El hombre estaba de acuerdo , pero …¿Quién pagaba la boda?..La Iglesia, según afirmó seriamente, tenía sus arcas vacías y  ¡¡ no podía afrontar obra de ingeniería tan ingente y costosa!!!...y sutilmente nos dijo…vayan ustedes al Ayuntamiento..A ver si se hacen cargo de los gastos
Y para allá nos fuimos otro día y el Concello asumió su importe sin excesivos problemas. Eso sí, cuando fue por allí la brigadilla de obras municipal, tuvieron que darse la vuelta porque no se qué otra petición se habían sacado de la chistera.
Lo que no hay por donde cogerlo es el atrio de entrada, las losas de granito están muy machacadas por el paso de los años y los rigores del tiempo y hacen que avanzar por ellas con nuestras sillas  se convierta en una tortura para piernas y riñones. Pero rehabilitar el atrio o parte de él supone un gasto elevado, La Iglesia dispone de fondos que percibe por el tanto porciento cultural que le da el Ministerio de Fomento.  Nosotros ya lo hemos planteado, veremos que da de sí el tema……aunque mucho me temo que poco.

 
 Yo soy un enamorado del Claustro de la Catedral, obra de Fernando de las Casas, el mismo arquitecto que realizó la fachada del Obradoiro  de la Catedral de Santiago,  y en él me he pasado bastantes horas.  Hasta no hace mucho “el guardián” era un cura con un cierto pensamiento  ultramontano. A mí me conocía de toda la vida puesto que me  había dado  clases y de paso alguna leche también.

 

Pero cada vez que iba no parecía recordarme y al verme llegar trotando con mi carro siempre tenía la misma pregunta . “pero hijo, ¿Qué te ha ocurrido?”  y normalmente tenía para mí una frase "consoladora",  relacionada con los deseos del divino hacedor
Un día me dijo: "Pues bendita sea la cruz que Dios te dio porque ella te va abrir de par en par las puertas del cielo,..... a lo que yo compungido por el peso de su espiritual axioma , viviendo ese momento de éxtasis que me transmitía con su mirada y que  hubiera debido  inmortalizar un genio similar al de Bernini, respondí:
Ya padre... ¡¡pero podía haber sido un poco menos generoso y haberme dejado unas cuantas décadas en el purgatorio!!
Un amigo argentino que venía conmigo, con la seriedad propia del momento me cuchicheo al oído..¡¡Viste ...¡y si el cielo no es accesible!!     ¡¡jodido te veo durante toda la eternidad!!.
E inmortalizo aquel encuentro en esa viñeta
 
 
 
 


 
 

Un saludo
Quili